El bulldog francés, características y cuidados

El bulldog francés es una raza canina muy popular, conocida en todo el mundo gracias a su particular físico y sobre todo al encanto de su temperamento.  Es un pequeño moloso, musculoso y robusto; sus grandes ojos, de mirada casi «humana», expresan su curiosidad, su «chispa» juguetona y divertida. El «frenchie», como se le conoce popularmente, es un perro muy afectuoso, sociable y al que le encanta ser el centro de atención de su familia.

El bulldog francés: un inglés en París.

Se trata de una raza canina originaria de Francia y establecida como tal a finales del siglo XIX, aunque sus inicios se encuentran en Inglaterra, con los cruces de bulldog inglés y diversos terriers, que fueron conformando un «bulldog miniatura» muy apreciado por las clases obreras y los artesanos ingleses (en particular el gremio de encajeros). Las migraciones de estos colectivos a Francia, en plena revolución industrial inglesa, hicieron que estos pequeños bulldogs arribaran a la que sería su «patria oficial» definitiva.

El primer club del bulldog francés se fundó en París en 1880. La raza se reconoció oficialmente por primera vez en Francia en 1898 y en ese año se redactó su primer estándar.

Muy pronto, los estadounidenses acaudalados que visitaban París quedaron fascinados por estos pequeños perros «con orejas de murciélago» y los llevaron a su país, donde los primeros aficionados a la raza comenzaron a criarla y difundirla con entusiasmo.

El encantador carácter del bulldog francés, clave en su popularidad

El bulldog francés es un perro afectuoso, inteligente y sensible, a veces puede llegar a ser un poco terco, por lo que es importante no ceder a sus caprichos El bulldog francés ama sobre todo la vida en familia, y, generalmente, sabe cómo comportarse con cada miembro de ella, siendo más tranquilo con las personas mayores y un gran compañero de juegos alborotados con los más pequeños. Sus incondicionales dicen cariñosamente de él que es un «pequeño payaso» por su carácter alegre, sociable, curioso y sus divertidas expresiones de afecto.

Cuidados del bulldog francés

Aunque su peso oscila entre los ocho y los catorce kilos, el bulldog francés tiene una apariencia «colosal»,  de pequeño moloso, fuerte, con un cuerpo compacto y bien musculado, se trata de un perro robusto y moderadamente activo, por lo que es conveniente ejercitarlo con paseos cortos y regulares, los grandes esfuerzos físicos no son para él, además, dado que es un perro braquicéfalo (chato) no tolera bien el calor, y es un gran roncador mientras duerme ¡y le gusta mucho dormir!

Cuidados del pelo y de la piel del bulldog francés

El pelaje corto, brillante y suave del bulldog francés no necesita un mantenimiento especial, es suficiente cepillarle con una manopla o guante de goma regularmente para facilitar la eliminación del pelo muerto. Para su baño es conveniente utilizar productos de excelente calidad, que no sean agresivos con su piel, ya que muchos bulldogs franceses tienen una epidermis delicada.

Cuidados especiales del bulldog francés

Los ojos y los pliegues de la cara sí son partes que hay que mantener perfectamente vigilados y aseados. Los ojos, al ser tan grandes y ligeramente prominentes son vulnerables a las infecciones y a recibir arañazos en la córnea, por ejemplo, si juega en el campo.

Las típicas arrugas de la cara del bulldog francés hay que mantenerlas bien limpias y secas, para evitar infecciones y hongos.

La alimentación del bulldog francés

El bulldog francés suele ser un perro glotón y ansioso a la hora de comer, además por su morfología braquicéfala suelen tragar bastante aire mientras ingiere su pienso, esto se traduce en problemas de gases y flatulencias; además, si lleva una vida sedentaria puede presentar problemas de sobrepeso: su pienso debe ser de excelente calidad y alta digestibilidad.

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