La primera vez que Lázaro Martínez presenció una competición de trineos en nieve –allá por los años ochenta–, supo que su vida iba a cambiar para siempre, y así fue. Hoy es un musher internacional de élite que recorre paraísos nevados junto a sus inseparables siberian huskies; tres veces Campeón del Mundo, Lázaro ha hecho de su amor por los perros, por la naturaleza y por promover valores deportivos como el esfuerzo diario, un auténtico estilo de vida. Él mismo nos explica las claves del mushing.
Lázaro Martínez es licenciado en Exportación-Importación por la Cámara de Comercio de Industria y Navegación de Barcelona (Nova University Florida-Weston-USA).
De entre su extenso e impresionante palmarés deportivo en mushing, destacan títulos como ser el vigente Campeón del Mundo de las dos federaciones Internacionales: IFSS-WSA; el vigente Campeón de España o ser el número 1 en el World Ranking IFSS Purebreed; el Premio al Espíritu Deportivo 2012 FCEH-Mejor deportista de Invierno y el Premi Andorra Respecte a la Natura 2011-Pirena.
Pregunta. ¿Cómo llegaste al mushing?, ¿qué te cautivó de este deporte para convertirlo en tu vida?
Respuesta. A finales de los años ochenta estuve viviendo en Estados Unidos durante dos años y, en unas vacaciones, me fui a ver un campeonato de mushing. Cuando vi a los mushers, el ambiente, cómo iban los perros, los trineos y todo, me dije `yo he nacido para esto´; y desde entonces estoy con los huskies siberianos. Al regresar de Estados Unidos me traje mis dos primeros perros de esta raza a España y con ellos empecé en este deporte.
¿Con cuántos perros sueles correr y qué te gusta más: la modalidad de nieve o tierra?
Ahora suelo correr con ocho perros y, lógicamente, me gusta mucho más correr en nieve que en tierra. De todas formas, la pretemporada la empezamos en tierra y es necesario acudir a carreras de tierra para ir preparando el equipo, pero lo que más me apasiona es correr en la nieve.
Tus perros necesitarán una gran dedicación ¿Cuál es su rutina de entreno?
Cuando empezamos a entrenar, que suele a mediados de agosto, nos levantamos tempranísimo. Intentamos buscar ‘la fresquita’ que hay en la Cerdanya (que es donde vivimos). Estamos en el valle, y casi siempre hay inversión térmica, por eso busco las temperaturas más adecuadas para realizar los entrenamientos. Empezamos con pocos kilómetros y poco a poco vamos incrementando, con series.
¿Adaptas el entrenamiento de manera individualizada para cada uno?
Realmente voy estudiando cómo va cada uno mis perros y observo lo que necesita cada uno de ellos. Comienzo haciendo equipos y los voy modificando: el equipo A y el equipo B; los perros que necesitan una mayor atención y algún tipo de cuidado específico, en cuanto al entrenamiento, van al equipo B. Los que ya van cogiendo ritmo, que suelen ser los jóvenes, corren juntos en el equipo A.
¿Qué te llevó a enamorarte de los huskies?
Desde mi infancia siempre he tenido perros en casa, sobre todo pastores alemanes, y desde muy pequeñito, ¡ya hace muchos años!, me encantaban los siberian huskies. Desde entonces estoy enamorado de ellos hasta ahora, nunca he tenido otras razas, y sigo con ellos.
¿De qué triunfo deportivo guardas mejor recuerdo?
Afortunadamente, tengo bastantes buenos recuerdos, pero si tuviera que destacar uno sería en el año 2009, que fue la primera Pirena que gané; en 2012 fue la última edición de esta carrera y también la gané, en la categoría de `nórdicos´, en total participé en dieciocho ediciones de Pirena. También recuerdo como si fuera ayer la primera vez que gané un campeonato del mundo, que fue en Italia, ¡llegar a ser campeón del mundo es un súper recuerdo!
¿Cómo empiezas a entrenar con los cachorros?, ¿cuál es su primera toma de contacto con este deporte?
Hasta que cumplen un año para mí son cachorros. Hasta entonces ni les pongo un arnés ni los entreno, y depende, si veo que son muy `infantiles´ espero unos meses más, sin ninguna prisa. De todas maneras, la primera toma de contacto la tienen desde muy pequeñitos, a los dos o tres meses ya ven a los adultos de la manada, cómo interactúan entre ellos y cómo nos vamos a entrenar. Los pequeños se `quedan con la copla´, observan cómo salimos al entreno, cómo llegamos, los aullidos de entusiasmo de los `mayores´ por correr , y creo que esto les va dejando una impronta muy especial para luego ser unos `cracks´.